Participantes

Escojo esta frase que puede daros una idea del tono de este libro: Soñar es una adicción natural, más fuerte que la cocaína.

La dificultad que nos estamos encontrando, es una dificultad maravillosa, consistente en que hay que colocar el cerebro en dos predisposiciones: en unos casos hay que leer un dietario o una narración de corte biográfico y en otras ocasiones hay que cambiar el modo de lectura, el cerebro lector -por así decirlo- para leer poesía, pues son poemas en prosa.

Recomiendo el manejo de este libro por parte de grupos de lectores porque promueve un diálogo muy interesante, plantea desafíos a los lectores y favorece el intercambio de citas y la lectura en voz alta compartida.

He leído otra novela de esta autora. Creo que es una de las escritoras más profundas a la hora expresar temas importantes y eternos: el silencio y la necesidad de la comunicación, el aislamiento y, claramente, la situación de la mujer en un mundo creado por los hombres.

Me parece que las cosas que le pasan a Juana, tienen que ver bastante con esa relación en la que falta empatía por parte de sus tíos adoptivos, a las debilidades y las incoherencias de su marido débil e inseguro. Pero la clave de esta novela está en el papel de la incomunicación o la mala a comunicación por la debilidad del lenguaje a la hora de expresar las cosas y los sentimientos.

Muy recomendable. Una novela profunda, pero de lectura fluida y estupenda para nuestros clubes de lectura.

Es una maravilla de estilo, con una traducción estupenda. La lectura me está impactando. Hay algo de La Edad de la Inocencia de Wharton.

La duda que uno alberga al leer esta estupenda obra literaria es si realmente te recoge el espíritu de una parte de la sociedad en esta época o expresa en mayor medida la forma de pensar del autor. El grado de esnobismo de algunos -casi todos- los personajes llega a ser o cómico o insoportable.

Recomiendo el manejo de este libro por parte de grupos de lectores.

Vuelvo a encontrar algo muy portugués en este relato. Más allá de los primeros pasos de la historia, hay un exotismo que entronca con la visión lusa de un mundo muy amplio por el que un portugués puede sentir que ha viajado.